domingo, 29 de mayo de 2011

Francia



Después de aprovechar el mercado de Porbou para realizar las ultimas compras y teniendo la previsión de llenar el deposito. Pasamos al lado Frances. Nos acordamos de lo tedioso que eran antes los pasos fronterizos Europeos, pero lo asumíamos como algo lógico y normal para el correcto funcionamiento de las naciones, pensando que de no estar hay seriamos invadidos. Por eso ahora al pasar por esta frontera y ante la muda presencia de las desiertas garitas, nos damos cuenta de que lo único que justifica que siga habiendo fronteras en el mundo, son los intereses políticos y económicos de unos pocos a los que nada les importan los dramas personales que se esconden detrás de ellas. No tardamos mucho en llegar a Leucate, lugar de reconocida fama entre los amantes de la vela. Cuenta con largas playa en la zona de mar abierto y de internas lagunas de agua salada, en donde buscando encontramos un buen sitio en donde pasar la noche y hacer una barbacoa mientras contemplábamos la puesta de sol. Al dia siguiente nos acordábamos de la acertada recomendación de un amigo, de ir a ver el castillo de Carcason en el que gracias a su titánica restauración. Uno no puede recorrer sus calles, murallas y torres sin transportarse con la imaginación a novelescos tiempos en los que el acero era el mayor instrumento de poder y la palabra de un caballero el mejor de los garantes. Continuamos en dirección a Suiza entre paisajes en los que no faltaban castillos y palacios en el horizonte. Gracias al buen tiempo las paradas las hacíamos en las orillas de los ríos y lagos que nos íbamos encontrando.

2 comentarios:

  1. pendejossss, haber si llegais a venezia que es muy potito y romantico. buen camino

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  2. No olvides que ya estuvimos con tigo en la pequeña Venecia jjj... que romantico los tres juntitos.

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