Decidimos ir a Berna a saldar la deuda que tenemos con Luis (el primo de Monica), pues el ha estado varias veces en Santander y nosotros no habíamos venido a visitarle. Llegamos al camping que esta a 20 minutos del centro andando y a 5 minutos, si te dejas llevar por la corriente del río y es que nos llamo la atención como algunas
personas equipadas con chanclas y una bolsa estanca, utilizan el río como medio de transporte. Berna cuenta con numerosos parques y jardines que al primer rayo de sol se llenan de gente practicando deporte, tomando el sol o haciendo barbacoas. El centro histórico rodeado de palacios y torres en los que no les falta un reloj como adorno. Vamos
la ciudad soñada para un relojero. Las plantas bajas de los edificios cuentan con unos soportales, para que durante el invierno no se interrumpa la actividad comercial. Terrazas, tranvías y como no, gente de todas las edades montando en bicicleta, Luis resulto ser profesional como guía y excelente como anfitrión. Pues cuando salía de trabajar y en sus dias libres, nos planificaba rutas por las ciudades, lagos, montañas y castillos de los alrededores. Total que vinimos a Berna a saldar una deuda de cortesía y adquirimos otra de gratitud.
jueves, 9 de junio de 2011
Bernar y alrrededores
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